Esta es una serie de posts sobre el correcto uso de las redes sociales. Sorprendentemente muchos programadores y técnicos en general no las han adoptado todavía o las usan de manera ineficiente. Este es mi pequeño granito de arena para ayudar a que, si todavía piensas que son una pérdida de tiempo, te redimas y le saques verdadero partido ;-)
· Parte I: Facebook, cuestiones personales
· Parte II: LinkedIn, cuestiones profesionales
· Parte III: Twitter, mantenerte informado y marca personal
Ya he comentado en otras ocasiones que el colectivo de los técnicos informáticos es, paradójicamente, uno de los más reacios a adaptarse a las novedades tecnológicas, especialmente si éstas ofrecen una componente no-técnica (de usabilidad o social, por ejemplo). Lo cual no deja de sorprenderme.
Es indudable que las redes sociales están aquí para quedarse. Quizá no como las conocemos actualmente, o quizá acaben disgregadas en múltiples redes más pequeñas y especializadas. Quién sabe. Pero lo que es seguro es que estarán presentes cada vez más en nuestras vidas. Para algunos (como yo) ya forman parte inseparable de la vida diaria.
A pesar de lo que se han introducido en la sociedad este tipo de redes, y según he podido constatar a través de muchas conversaciones, los técnicos informáticos en general (y los programadores en particular) no utilizan, usan muy raramente o –directamente- no entienden la utilidad las redes sociales. Me estoy refiriendo sobre todo a las tres principales en estos momentos: Facebook, Twitter y LinkedIn.
He hablado de este asunto tanto con profesionales experimentados como con estudiantes de informática para barrer todo el espectro, porque me interesa conocer los diversos puntos de vista. La práctica totalidad de los que no usan las redes sociales dicen que les parece una pérdida de tiempo, que no le ven la utilidad o que no tienen tiempo para dedicarles. Es decir, casi todas las “quejas” se dirigen hacia lo mismo: el escaso tiempo del que generalmente disponemos los técnicos. Eso, y que no se le ve la utilidad o un beneficio a cambio del tiempo invertido, claro, que viene a ser lo mismo.
Así, es muy común que hasta las abuelitas o gente que hasta hace poco eran iletrados informáticos estén usando alguna de estas redes sociales. Sin embargo los técnicos -las personas que estamos en contacto permanente con la informática- somos los que menos propensión tenemos a usarlas. Cualquier otro colectivo del sector servicios ha sido más rápido que los informáticos a la hora de adoptar verdaderamente las redes sociales.
En mi opinión se trata de un error, ya que a estas redes se les puede sacar un gran partido personal y profesional si se entienden y se utilizan bien. Eligiendo bien cómo utilizarlas y siguiendo unas mínimas pautas no sólo les podremos ver el interés, sino que nos pueden ayudar a estar mejor informados que nunca, a hacer contactos, e incluso a ahorrar tiempo y ser más productivos. Todo depende de nuestro objetivo y lo disciplinados que seamos.
Las redes sociales no son más que herramientas. Y como toda herramienta el resultado de su uso depende de la destreza con las que las usemos o el propósito que queramos perseguir con ellas. Así, un martillo puede servir para incrustar un clavo o para matar a una persona, si se me permite el símil facilón.
A continuación voy a comentar mi punto de vista de cada una de estas tres redes sociales más utilizadas, y enunciaré unas cuantas “normas” que he extraído de mi experiencia y que creo que le pueden venir bien a mucha gente, con dos objetivos: aprender a aprovechar el tiempo con ellas y usarlas adecuadamente de cara a otros usuarios.
No son todas las que son, pero sí son todas las que están. Es decir, podría dar más recomendaciones, pero estas son las básicas y suficientes para sacarle partido a estas redes.
Hoy empezaré con Facebook, la más orientada al ocio, y en dos entregas posteriores hablaré de LinkedIn y de Twitter, la más incomprendida de las tres.
Facebook: La más orientada al ocio
¡Ah, Facebook! Cuanto tiempo se puede perder con esta herramienta. Es verdad: si no la usas adecuadamente puede ser una verdadera lacra para tu productividad. Y es que, con más de mil millones de usuarios activos al mes, todo el mundo está ahí: amigos, compañeros del trabajo, aquel señor que conociste una vez en una feria, padres, hijos, tu tía-abuela… ¡Diosss!
Casi todo el mundo tiene su primer contacto con las redes sociales a través de Facebook. Y si no tienes cuidado puede ser traumático. Pero si se utiliza bien puede resultar de utilidad.
Desde mi punto de vista su uso principal es el de estar en contacto con los amigos, la familia y mantenerte al tanto y participar en temas que sean de tu interés personal. Es decir, su uso predominante debería ser en el ámbito personal. Facebook es perfecto para mantener el contacto con los amigos lejanos a los que no vemos a menudo, pero también con las amistades cercanas durante la semana, los familiares, gente conocida con la que compartimos aficiones… Entre sus millones de páginas y grupos seguro que hay muchos que nos pueden aportar ideas interesantes, lecturas recomendables y mil formas de mantenernos al tanto de las materias de nuestro interés.
Además hay una utilidad más que lo hace muy interesante y es que, dada su proliferación, existen, miles de sitios en Internet a los que se puede acceder de manera segura con una cuenta de Facebook. Sólo por esto hay más de uno que se da de alta en Facebook para así evitar recordar multitud de contraseñas.
Mis recomendaciones para Facebook son las siguientes:
1.- Elije bien a los amigos
Esto es como en la vida real: tan malo es no tener apenas amigos como tener demasiados. Así que hay que ser cuidadosos a la hora de seleccionar a las amistades en Facebook. El dicho postmoderno “Eres más falso que un amigo de Facebook” no es caprichoso. Si no seleccionas un poco a la gente te saturarás de tonterías que no te interesan y acabarás abandonando la red social.
Además la “amistad” en este caso conlleva una relación simétrica, es decir, que si tú puedes ver todo lo que hacen tus amigos en la red social ellos podrán ver también lo que haces tú. Es más, y esto sí que es peligroso, en Facebook se cumple por defecto la máxima de que “los amigos de tus amigos son mis amigos”. Por ello aunque te creas que tus fotos inapropiadas de aquella despedida de soltero sólo van a ser accesibles para tus contactos directos, puede que tu jefe acabe viéndolas también. Por ello es tan importante escoger con cuidado. Más adelante encontrarás algunos consejos sobre privacidad en Facebook con detalles sobre cómo evitar estas situaciones desagradables.
Debido a las recomendaciones que te hace el propio Facebook y a la excesiva ligereza de muchos a la hora de “pedir amistad”, recibirás seguro solicitudes de personas que apenas conoces (o que directamente no sabes quiénes son). No tengas miedo de “dar calabazas” a más de uno y decir que no los conoces. Como en todo, hay que buscar un equilibrio.
2.- No sigas a cualquier página o grupo
Deberías seguir páginas que conecten con tus intereses personales y que se actualicen con cierta asiduidad. Puede ser gracioso hacerte fan de la mítica página “Señoras que llevan bolsas en la cabeza cuando llueve” y sus miles de derivaciones, pero ¿te aporta algo?.
Sin embargo si te haces fan de páginas de ciertas temáticas llevadas por personas o empresas de origen fiable (o sea, que conozcas), puedes recibir información de tu interés ya filtrada y de gran valor. Si eliges bien de quién hacerte fan puedes sacarle mucho partido a la información recibida.
Por cierto conoces ya la página de campusMVP en Facebook ;-)
3.- Participa y entra con frecuencia
Un amigo cuando empezó en esta red se quejaba de lo “pesado que era yo en Facebook”, cuando en realidad meto una cosa o dos diariamente como mucho, y hay días que incluso no participo nada por falta de tiempo y me limito a ver las novedades de los amigos. Así que su afirmación me dejaba un tanto preocupado. Al final, lo que le ocurría era que sólo me tenía a mí y a un par de personas más como amigos y entraba una vez cada diez días. Resultado: un “stream” lleno de actualizaciones mías y de otro “pesado”, una detrás de la otra.
Si tienes unas cuantas decenas de amigos y entras todos los días eso no te pasará. Y si además has seguido las normas anteriores lo que verás será seguramente de tu interés.
Y además, y esto es fundamental, trata de participar un poco. Vence la timidez y comparte algo también, no sólo recibas. Intenta ser relevante y compartir cosas que puedan interesar a tus amistades. A nadie o casi nadie le interesa que te acabas de levantar de la cama, o que narres cada paso que das por la vida (como hacen algunos pesados), pero seguro que les interesan algunas noticias interesantes, fotos de cosas llamativas que ves por la calle, tu opinión sobre muchos temas o que das una fiesta de cumpleaños.
Tampoco cuesta nada pulsar un “Me gusta” cuando realmente te guste algo o te resulte útil, o dejar un comentario o una opinión. Tus amigos y los administradores de las páginas lo agradecerán mucho sin duda.
Los que sólo publican actualizaciones suyas pero jamás participan en las de los demás demuestran muy poca educación e interés y acaban siendo mal vistos. Así que ya sabes...
4.- Clasifica a los “amigos”
Suena duro, pero es necesario. Además ellos no sabrán cómo los tienes clasificados. Clasifícalos nada más aceptar su amistad, y no te fíes de la clasificación automática que hará Facebook por ti. Crea unos cuantos grupos para los amigos más cercanos, familia, gente del trabajo, etc... y mete a todo el mundo en al menos uno de ellos. Sin excepción.
Hacer esto te permitirá dos cosas muy importantes: elegir a quiénes quieres ver en un momento dado, y sobre todo decidir con quién quieres compartir algunas de las cosas que publiques.
Hay cuestiones que deben quedar sólo para la familia (eso ha sonado muy “Soprano”), y otras que son para ciertos amigos, pero no para todo el mundo. Si no los tienes clasificados no podrás hacerlo. Ten en cuenta que tienes la posibilidad de meter a una misma persona en más de una categoría a la vez, por lo que la clasificación puede ser muy flexible.
5.- Huye de los juegos como de la peste
A menos que realmente tengas mucho tiempo libre no te metas jamás en ningún jueguecito de esos tan de moda: la granja, las guerras de la mafia, etc… Es más, en las invitaciones a participar y en las actualizaciones de tu “stream”, hay un botón que sirve para bloquear cada aplicación concreta. Úsalo y no volverás a saber nada de ellas. Lo agradecerás si tu intención es no perder el tiempo en Facebook. Claro que si te sobra…. :-)
6.- Ajusta bien los niveles de privacidad
No querrás que, a lo mejor, si tu jefe es amigo de un amigo vea las fotos de la juerga del sábado, o que si envías un curriculum a una empresa y te buscan en Internet aparezca tu perfil de Facebook diciendo que eres fan de una página comprometida, inapropiada o de cierta tendencia política. Esas cosas pasan mucho.
Algunos trucos de privacidad:
- Ajusta bien las propiedades de privacidad: Facebook tiene fama de ser excesivamente laxo en cuanto a la privacidad de sus usuarios y esto se debe a los valores por defecto que da a algunas de estas propiedades. Invierte quince minutos en mirártelos bien y dejarlos de verdad a tu gusto. Y si tienes alguna duda léete la guía de privacidad que ofrece la herramienta y que encontrarás aquí.
- Evita publicar tus movimientos detallados: si cuando te vas de vacaciones lo gritas a los cuatro vientos y no tienes cuidado, mucha gente que no debiera se puede enterar. Ha habido casos famosos de casas asaltadas aprovechando información de ausencia de sus dueños sacada de Facebook. Y, por favor, evita atormentar a tus amigos indicándoles en todo momento en donde estás con el -tan de moda- Foursquare: nos da igual, de verdad :-P
- Fecha de tu cumpleaños: la fecha de tu cumpleaños, entre otras cosas, es algo que se suele solicitar en muchos sitios como medida para verificar que eres quien dices ser (recuperar claves, atención telefónica…). Asegúrate de publicar sólo el día y mes, pero no el año en tu perfil público de Facebook, y minimiza otro tipo de formación personal similar, como el nombre de tus hijos o tu ciudad de nacimiento.
- Evita que tu perfil aparezca en búsquedas: salvo que quieras que todo el mundo te encuentre en Facebook y te pida amistad, lo cual contradice uno de los consejos principales de este post. Dentro de los ajustes de privacidad hay uno específico para las búsquedas que te permite decidir quiénes quieres que te encuentren tanto dentro como fuera de Facebook.
- Borrar la cuenta: si realmente quieres abandonar Facebook ten en cuenta que desactivando la cuenta toda tu información quedará igual dentro del sistema. Existe la posibilidad de borrar de manera definitiva la cuenta y todos los datos, pero se ve que no quieren que la encuentre nadie pues no está accesible desde la aplicación. Si esto es lo que quieres de verdad visita esta página y podrás conseguirlo: https://ssl.facebook.com/help/contact.php?show_form=delete_account. Esta página está muy escondida porque a Facebook no le interesa, así que guárdate el enlace porque no es fácil de encontrar.
En el próximo post hablaré de LinkedIn, una red a la que se le puede sacar mucho partido profesional si le dedicamos un mínimo de tiempo y le ponemos “cariño”.
¡Espero que te sea útil!