En la actualidad es extremadamente raro encontrarse una página cuyo contenido esté albergado en su totalidad en el dominio original. Basta con que se use Google Analytics, un vídeo embebido de YouTube o cualquier otra utilidad de terceros (sin mencionar a las redes de anuncios), para que tengamos código HTML, CSS y JavaScript que puede salir de varios sitios de terceras empresas. Hasta ahora las herramientas del desarrollador de Chrome permitían ordenar y filtrar por dominio, pero en Chrome 60 han incorporado una funcionalidad más interesante que consiste en mostrar de manera visual, con unos identificadores (badges en inglés) de dónde vienen ciertas peticiones y códigos, cuando provienen de servicios reconocidos por el navegador. Esto nos ayuda a identificar de manera más sencilla y visual el impacto real que puede tener incluir un servicio externo en la página, tanto en tiempos y "peso" de las descargas, como en rendimiento a la hora de renderizar la página y procesar JavaScript.
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