La pregunta es: ¿se puede dar la paradoja de que con chips más potentes tengamos ordenadores más lentos?. La respuesta es que, no es que se pueda dar, es que se está dando ya.
Hace ya unas semanas que tenía ganas de escribir sobre este tema desde que lo leí en el Fortune del 8 de septiembre (lo sé, me suscribo a cosas "muy raras"), pero como podéis comprobar si véis las fechas de mis últimos post, cada vez me resulta más complicado escribir algo con todo lo que tengo encima.
En fin, volviendo al tema, el caso es que la dinámica del sector hasta hace unos pocos años fué siempre la misma: los fabricantes de hardware hacían CPUs más rápidas y los fabricantes de software (entiéndase, de sistemas operativos) hacían sistemas más potentes también (lo cual no siempre se traduce en mayor rapidez, no hay que confundir). Así se cumplía la ley de Moore y todos tan contentos.
El problema es que llega un punto en que exprimir los ciclos del procesador para darles más velocidad no es viable, ...
[Más]